La fascinación que sentimos por las radiografías nos ha llevado a acumular una cantidad nada desdeñable de este material en período de extinción: colas de perro, cráneos humanos, cajas torácicas, manos, pies y vértebras lumbares se amalgaman como un cadáver exquisito infinito.
Empezamos a comercializar la lámpara Skully en el año 2000 en Vinçon (Barcelona y Madrid) y Víctimas del celuloide (Madrid).
Actualmente solo la encontrarás en nuestra web por encargo.
Fotografías: Álvaro Bujons